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Se dice que los grandes momentos, esos que marcan fuerte a los hombres, a las instituciones como nosotros... los Bomberos, todos ellos que trabajan por el otro...viven momentos especiales y únicos, situaciones que moldean y dejan sellado con fuego, el alma de cada Voluntario que contribuye a seguir construyendo este Cuerpo de Bomberos de Ñuñoa.

Así sucedió con palabras emitidas por el Fundador en 1933..palabras que dejaron huellas, palabras que no se las llevó el tiempo.

Recopilando, investigando y haciendo este gran homenaje a nuestros Mártires al cumplir el Viernes 14 Dic, 45 años de su partida, seguimos incansablemente, multiplicando el conocimiento...a todas aquellas generaciones de jóvenes Voluntarios y Brigadieres de nuestro Cuerpo.
Arenga del Comandante Alberto Ried Silva a los Voluntarios del Cuerpo
de Bomberos de Ñuñoa, en el primer Ejercicio realizado
el 17 de septiembre de 1933.


“ Compañeros:
El desenvolvimiento del espíritu de Cuerpo, ha nacido entre nosotros con caracteres inusitados de entusiasmo y vigor. Este hecho, afortunadamente consumado, me da la ocasión de exponer ante vosotros, algunos conceptos breves que han de induciros a meditar en lo que significa ser un buen voluntario.
Primeramente, para ser buen bombero se requiere una base muy sólida de esfuerzo físico y de voluntad a toda prueba, unido esto a un alto espíritu de sacrificio y hondo sentido de la responsabilidad. Sin este sentido, el esfuerzo material resulta vano, ya que, fácilmente degenera en un simple entretenimiento, sin objetivo altruista alguno. La acción ha de ser, por lo tanto, consciente y severa para que sea fructífera.
Es necesario que los hombres que prestan sus servicios a un cuerpo de bomberos o compañía de bomberos voluntarios, sean ante todo: Generosos, nobles, honrados, francos, abnegados y de una conducta irreprochable.
Sin cualquiera de estas condiciones y virtudes, los individuos se eliminan por sí solos. Eliminase de esta manera los egoístas o aquellos que toman nuestro oficio como un simple pasatiempo; los que suelen sonreír burlescamente ante las diversas manifestaciones espontáneas del alma bomberíl que, al ser sincera y verídica, ha de poseer la pureza del hombre sano de espíritu, del adolescente, o del niño que desconoce la maldad y que todo lo encuentra bueno y amable. Eliminase, a su vez, automáticamente los hombres cómodos o indiferentes; aquellos para quienes la vida no es ni siquiera un sacrificio nimio en pro de los demás.
Mi larga experiencia en las filas del Cuerpo de Bomberos me ha enseñado que lo primordial para acrecentar el espíritu de cuerpo, es el bien entendido compañerismo. Esta virtud crea la cooperación inalterable y absoluta. “ Uno para todos y todos para uno ”, he aquí un arcaico aforismo que debe palpitar en el corazón de todo buen bombero.
No pueden ser buenos bomberos los que todo lo critican y nada aportan ni construyen. Por esta sola razón se declaran tácitamente excluidos como enemigos de la cooperación que es el éxito.
Son buenos bomberos, en cambio, los que acatan las ordenes o ideas emanadas de quienes han sabido apreciar muy de cerca, en carnes propias, y con todo su rigor, los afanes y riesgos inherentes a nuestra profesión.
De niño ingresé a la 5a. Compañía de Santiago, porque mi padre me condujo de la mano como quien conduce a un alumno a incorporarse en la mejor escuela de civismo, hombría de bien y caballerosidad.
Años más tarde, lejos de mi patria, durante un ciclón furioso, en medio del océano; en ciudad extranjera, hostil e inhospitalaria; en cada momento difícil de mi existencia y, ¿ por qué no decirlo? hasta en jornadas de hambre y desamparo; en horas de angustia en que hubo necesidad de desplegar supremas energías morales y físicas para no sucumbir, y aún más, para infundir ánimo a camaradas artistas, amigos y compatriotas desolados, el sólido timón silencioso, la brújula que guió mi rumbo, fueron las enseñanzas recibidas en las filas bomberiles de mi país.
Estoy plenamente convencido de que es un mérito que nadie podrá jamás borrar ni empañar siquiera, un galardón al coraje en la lucha por la vida, esto de que el individuo, desde niño, crezca y viva entre hermanos valerosos y generosos, cual lo son y han sido siempre los bomberos de Chile. Dirijo a vosotros, jóvenes voluntarios de Ñuñoa, estas palabras paternales con el ánimo de que ellas dejen en cada uno de vosotros huella saludable.
Mañana, cuando empiecen a ralear las filas y desaparezcamos, esta voz de aliento habrá de seguir resonando en las almas juveniles, como un eco sacrosanto que también nosotros hemos escuchado a través de toda nuestra vida, por boca y aliento de nuestros mayores. He dicho.”

Que palabras sabias decía nuestro Fundador en esa primera arenga dicha a los voluntarios en ese su primer ejercicio, estas palabras son para nosotros los que hoy cumplimos el mandato voluntariamente impuesto.

En esta foto nuestro fundador debe estar pensando que dos de sus hijos alcanzaron la gloria, ellos ya descansan en paz, tranquilos y con la satisfacción del deber cumplido, que debe llevar todo Bombero Voluntario.

Don Alberto era un hombre bonachón y generoso, de hablar pausado levemente enfático, un
artista múltiple, escritor, pintor, escultor, periodista, servidor público como Cónsul de Chile en
Francia y por sobre todo gran bombero y formador de hombres, hombres buenos; mucho dolor debe haber sentido en esos momentos, su mirada así lo dice, sentado frente a los restos mortales de Silvio Guerrero y Jorge Batiste, además pensando que muchos de sus muchachos están heridos y hay algunos muy graves, como Luis Bernardín, que también nos dejaría a causa de ese infierno de Madreselva.

Hace ya 45 años que desde el infierno desatado en calle Madreselva, partieron dos de nuestros camaradas de ideal un tercero los seguiría después, al llegar al incendio jamás pensaron que sería la última acción de valor que realizarían, combatiendo el feroz enemigo que se disponga a destruir bienes cercanos a él, jamás penso ese fuego que habían Bomberos luchando hasta entregar todo para evitar que su acción fuese tremendamente destructora.

Muchas veces hemos escuchado esta estrofa de una poesía de Rubén Dario, publicada en el Diario “la Epoca del día 6 de Julio de 1888.

¡ Gloria a aquel que sucumba en la lucha !
Valeroso, sublime, esforzado;
Gloria a aquel que al deber consagrado
Salva vidas, riquezas, hogar.
Bronces hay que sus cuerpos encarnen,
Y el recuerdo del fiel compañero
En el alma viril del Bombero
Nunca, nunca se puede borrar.

La Segunda Compañía, guarda con orgullo, las prendas de quienes marcaron a fuego el lema de la Segunda “La Vida por la Humanidad”, con respeto y veneración, están ahí sus uniformes calcinados, muestra de dolor y duelo para nuestra Institución, que jamás los ha olvidado y siempre estarán presentes en todo acto de servicio, todos sus compañeros dirán cada vez que finalice un acto “Presente Muerto en Acto de Servicio” .

En la historia del Cuerpo de Bomberos de Ñuñoa, ese 14 de Diciembre de 1962, abrió el libro en el cual nunca quisiéramos escribir, desde ese día cuatro hombres, han dejado sus nombres ahí para la eternidad y para conocimiento de los que vayan formando en las filas de nuestra noble Institución, todos deben conocer que nuestro pasar esta escrito con sangre y dolor.

Han transcurrido como dijéramos anteriormente 45 años, desde aquella noche de dolor para sus compañeros de ideal, en cada aniversario de la Institución, recordamos su partida, aún hay quienes esbozan una lagrima por esa repentina partida, al cumplirse esa fecha nuestra Institución formara frente al Monolito que lleva grabados en piedra sus nombres, de ahí nos dirigiremos en silenciosa formación, hasta el lugar mismo del trágico incendio.

Los Jóvenes Bomberos deben empaparse de ese espíritu de valor, conocer la vida de quienes un día la entregaron en beneficio de una comunidad que muchas veces nos hiere y no comprende el verdadero espíritu de nuestra vocación de servicio.


Foto Nº 1 : Nuestro Fundador frente a uno de los féretros donde descansan en paz nuestros Mártires,su mirada no esta pérdida, esta fija en aquel uniforme que pocas horas Antes había vestido uno de los suyos.

Foto Nº 2 : Guardia de Honor en la Capilla Ardiente, levantada en la Sala de Sesiones de la Segunda Compañía.

Foto Nº 3 : Guardia de Honor en la Capilla Ardiente, Sala de Sesiones de la Segunda Compañía.






Foto Nº 4 :  Cuatro jóvenes Voluntarios hacen Guardia de Honor, junto a los féretros que guardan los restos de Silvio Guerrero y Jorge Batiste, el Directorio de la Institución declaró 30 días de duelo, el cortejo partiría desde el Cuartel Segunda hasta el Cementerio General, el Cuerpo con sus seis Compañías y las innumerables delegaciones que concurrieron a entregar su testimonio de pesar, desfilaron a pie hasta el Camposanto.

Foto Nº 5 :  Llegada de los restos al Camposanto, lugar donde todas las Delegaciones rinden el último adiós a los Voluntarios caídos en cumplimiento de deber.

Foto Nº 6 :  La Comunidad dolida, rinde homenaje a sus Bomberos, largas filas de personas demuestran su dolor. En la foto vemos a la Séptima Compañia en formación junto a la carroza.

Foto Nº 7 :  Lugar donde se desato la tragedia, interior de la fabrica de productos químicos “Artical” lugar en el cual se almacenaba gran cantidad de inflamables.

Fuente: cbn.cl

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