Hoy conmemoramos con orgullo los 92 años de vida del Cuerpo de Bomberos de Ñuñoa, una institución nacida del compromiso, la valentía y la solidaridad de un grupo de visionarios fundadores que, en 1933, decidieron dar vida a esta noble causa con el firme propósito de proteger la vida, los bienes y el entorno de la comunidad.

Hoy, a casi un siglo de aquella histórica decisión, rendimos un homenaje sentido a quienes dieron el primer paso: nuestros fundadores, cuyo legado sigue siendo el cimiento de nuestra labor. Gracias a su visión y entrega, hoy podemos contar con una institución sólida, moderna y profundamente comprometida con su misión.

Reconocemos con profundo respeto y admiración a cada voluntario y voluntaria que, a lo largo de estos años, ha entregado su tiempo, esfuerzo y corazón en cada emergencia, capacitación y acto de servicio. Su vocación es el motor que mantiene viva la llama de nuestro compromiso.

Del mismo modo, extendemos nuestro agradecimiento al personal rentado, quienes con profesionalismo y dedicación complementan el trabajo operativo y administrativo, siendo un soporte esencial en el funcionamiento diario de nuestra institución.

A lo largo de estos 92 años, hemos enfrentado desafíos, emergencias de gran magnitud y procesos de modernización. Sin embargo, lo que no ha cambiado es nuestra razón de ser: estar siempre alerta y al servicio de nuestra comunidad.

Gracias a quienes han sido parte de esta historia. Y gracias también a quienes continúan escribiéndola día a día.

Cuerpo de Bomberos de Ñuñoa: 92 años sirviendo con Honor, Coraje y Compromiso.