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ORDEN DEL DÍA Nº 54


1.-    SALUDO DIA DEL BOMBERO

    Bomberas y Bomberos Ñuñoínos;

    Ustedes, como yo, en muchas ocasiones han tenido que responder la reiterada pregunta de ¿por qué eres Bombera o Bombero voluntario?   Es muy probable además,  que buena parte de quienes hacen esa pregunta esperen encontrar palabras como solidaridad, vocación, temeridad, arrojo, adrenalina exacerbada, herencia familiar dentro de las respuestas a esa interrogante.

Hoy, cuando el calendario de 2008 nos avisa que vivimos un nuevo 30 de Junio y que, por lo tanto, estamos celebrando en todo Chile el Día Nacional del Bombero, este Comandante quiere mirar más allá y tratar de encontrar la esencia a esa respuesta. Una esencia que por supuesto, tiene su origen en la respuesta personal y propia que yo mismo he escuchado de tantos Voluntarios con quienes he conversado o comentado este tema.  Por eso, el mejor resumen que se me ocurre en este día que nos une en torno a la vocación que compartimos, es decir que el bomberismo voluntario en Ñuñoa — y me atrevo a decir que esto vale también para todo el País—   vive en el mismo lugar donde vive lo mejor de la dignidad humana.

En ese lugar, en presencia de la dignidad del hombre, los Bomberos voluntarios somos su doble vertiente posible.  Por un lado, expresamos de manera concreta la certeza de que en cada ser humano de ayer,  de hoy y de mañana hay una vida, y que las conquistas de esa vida merecen ser protegidas.  Por otra parte, somos también expresión de la voluntad humana que nos hace actuar, que nos hace transformarnos en acción para proteger y proteger bien.

En suma, la dignidad humana es nuestro norte y esa misma dignidad es nuestro fundamento en el servicio.

Como lo recordamos hace menos de un mes, esa entrega por la dignidad dio hace 75 años sus frutos en el Cuerpo de Bomberos que hoy protege a quienes hacen su presente y futuro en Ñuñoa, Macul, Peñalolén, La Reina y La Florida, importante trayectoria que, en este Día Nacional, se inscribe en los 157 años de una fuerza por la dignidad humana que nació en el Valparaíso de mediados del siglo XIX.

La grandeza de un País, de una Comunidad y de cualquier entidad formada por personas, se expresa y se mide en su aporte a la dignidad humana como centro de su accionar.

Nos perfeccionamos en el saber y la técnica, por esa dignidad; mejoramos nuestra administración y nuestro servicio en la emergencia, por esa dignidad; invitamos a los jóvenes de nuestras comunidades a ser parte de una Compañía, por esa dignidad; evocamos nuestra historia, para darle nuevo sentido y nueva vida ante los desafíos del hoy y del mañana.  

Por esa misma dignidad, es que hoy quiero saludar con un abrazo fraterno a las Voluntarias y los Voluntarios del Cuerpo de Bomberos de Ñuñoa.  Porque las y los conozco.  Porque sé de sus entregas para servir mejor; porque sé de sus esfuerzos para ser más, saber más y servir mejor; porque cada vez que doy las órdenes de mando en un acto de servicio, tengo la seguridad de estar en medio de hombres y mujeres que han sido capaces de cambiar lo que típicamente significa en el mundo de hoy la expresión “vivir la vida”.

Mientras para muchos eso implica sólo vivir la vida para sí mismos, estos Bomberos y Bomberas de Ñuñoa, de once Compañías, de distintas generaciones y orígenes, pero unidos bajo la fortaleza de “estar alertas”, no han dudado en quitar tiempo a su descanso, a sus familias y a sus seres queridos para entregar sus mejores esfuerzos por otros.  Por el vecino, por el compatriota que no conocemos, pero de quien nos basta su voz llamándonos, su mano extendida por ayuda.

Me honro por eso, en comandar este grupo humano forjador de dignidad; este grupo humano que, desde nuestro fundadores y mártires, ha sabido y sabe decir sí a la solidaridad, la libertad, la democracia y el buen servicio.

Y me honro de tener, nuevamente en este Día especial, el privilegio de saludar a cada uno de ustedes; porque Bomberos somos todos, somos uno y el mismo ideal, una y la misma armada de mangueras lista para la acción, la misma escala firmemente anclada, la misma disponibilidad para seguir en esta senda, desde y por la dignidad del hombre.

Al Bombero voluntario de Ñuñoa, al hombre y a la mujer investida del rojo uniforme que sale desde su cuartel para defender la vida, mi afecto, mi respeto y mi aliento. Y también a sus familias, esposos, esposas, parejas, amigos y amigas, quienes mucho mejor que cualquiera de nosotros, saben de la fortaleza de esta vocación. Y a nuestros Colaboradores, Operadoras, Cuarteleros y Administrativos, que son parte sustancial de lo que hacemos en nuestras actividades

¡Que todos vivamos un gran Día Nacional del Bombero!

Ñuñoa, Junio 30 de 2008





HELMUT KAMINSKI MIRANDA-SUAREZ
COMANDANTE
HKM-S/rlz.

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